domingo, 16 de diciembre de 2012

TROPOS PARA LA ROSA




ROSA DE ESMOG

Abierta la ventana para que entre el día,
perfume de guerra, más allá de la rosa,
tiene mi rosa triste.
Bajo el cristal del agua, agoniza su tallo.
Dulce y melancólica tersura
es estertor de muerte
en rosa enamorada que de placer vivía.
No alcanza el milagro de su pétalo bello
y mareada de pólvora, cae desvanecida.

No existe mundo sin esmog de sangre.
Ya ni siquiera existe un cielo sin metralla,
-ha de pensar mi rosa, (último pensamiento)-
donde vivir cual rosa nacida como rosa
con perfume de rosa perfumada.  

M.R.-C.


ROSA, CAMPANERO, AVE.

Campanero una rosa cultivaba
en la cenefa  del abierto campanario.
Sin amores, toda su vida era la rosa
y por ella, juramentado amor desde lo alto
   el tañido gentil de sus campanas.

Mas la rosa que de amor palidecía
por el bello trinar de un ave errante,
el perfume de sus pétalos negaba
al que sones de caricias prometía.
Y fiel al vuelo del ave, enamorada,
su corola de pureza reservaba
virginales pasiones al amante
que en aladas libertades se perdía.



Engañados por Amor van en la vida
sin atar corazón en campanario,
Campanero, Ave errante y Rosa amada.




M.R.-C.



ROSA SOBRE ROSA ENALTECIDA


Flor del rosal, bello satín nocturno,
pétalo de agua amanecida,
Rosa de Jericó, Rosa de China,
corona de perfume de Darío.

Agonizante fuego de pasiones
sobre el pecho de la triste Ofelia,
Rosa del azafrán, humedecida
en el beso de luz de la mañana,
Rosa de Galia en purpúreas soledades
ahogada en mar de cristalino búcaro.

Rosa de los Vientos, tempestiva,
abierta a rumbos cardinales
a vuelo de libertades sometida.
Escarchada de noche, Rosa de Navidad
de exilio perfumada y aterida.

Rosita trepadora por muro pueblerino
al abrigo de la piedad de estío,
silvestre pimpollo almibarado
junto al frescor del río, guarecido.
Rosa humilde de pampeana estirpe
sin mítica prestancia, apenas rosa.

Rosa sombra de amores de Afrodita,
Rosa de los jardines de Zoraida,
Rosa de virginal corola,

Rosa de los infiernos, Rosa bendita,
verso de espinas, olor de santidad,
doncella en el serrallo del profeta.


Rosa sobre Rosa enaltecida,
estallas mi recuerdo de tu aroma
y te vuelves océano de cantos,
seráfico milagro en mi palabra escrita.



M.R.-C.

 

La presencia de la rosa en la magistral poética de Carlos Penelas, talentoso escritor y poeta argentino-galaico.


ELOGIO DE LA ROSA DE BERCEO 

Por Carlos Penelas  (Ediciones del valle, 2002)

A la manera de Gonzalo de Berceo, cuya rosa arquetípica es invocada desde el título, el discurso lírico de Carlos Penelas lo constituye, parafraseando a Antonio Machado, en un verdadero "poeta y peregrino" de nuestros días o, como dice el propio autor, "un peregrino deviniendo/ hacia la nada".
Precisamente desde esa conciencia de la finitud, Penelas sutiliza su palabra, proyectando una suerte de heroica dignidad sobre la materia de su canto, su territorio poético, en el cual todo es ocupado y sometido por el tiempo, que concede "Sólo la humilde atención del instante/ que engendra lucha y agonía".
Del tiempo -víctima y victimario a la vez, testigo y protagonista en el imaginario poético del libro- parecen hablar, curiosamente y más allá de sus precisos referentes, la totalidad de estos poemas; baste citar al azar un par de ejemplos de los primeros versos de algunos poemas: "Llegas con tu vigor/ con tu terrible sombra apresurada". "Me rodea sin nombre, con desgano./ Contiene en su seno/ el vacío duradero del olvido". En sincronía con esta obsesión, el poemario de Penelas se cierra con el verso -paradójicamente inmortal- de Luis de Góngora y Argote: "Ayer naciste, y morirás mañana".
Las otras constantes de Elogio de la rosa de Berceo se entrelazan asimismo con las esperanzas y los miedos de los hombres y también con sus más secretas nostalgias, en páginas donde el autor ofrece una notable capacidad para hacer palpar al lector el cuerpo y la sangre de esa sed de infinito que alienta en la condición humana y que, en el plano formal, se encarna en la excelencia de la modalidad clásica, aunque no clasicista. Se trata, en suma, de un libro consistente y hospitalario, que entronca en su inspiración con las voces más altas de la lírica española.
F.S.S 


Comparto algunas de las bellas composiciones  que el poeta Carlos Penelas dedica al protagonismo de la rosa.



LA ROSA

De pureza - es esencial
 ensueño- al mirarla.
 Eterna en la mano,
cóncava de silencio.
Apenas luz o aroma.
Vívida, primera.
Nos invoca el secreto
del alba y de la noche.
Está hecha de agua, 
de misterio, de olvido.



La gaviota blindada y otros poemas (1975)



LA SOMBRA DE LA ROSA



En su verde clausura ya es visible.
El tiempo la libera como un prodigio efímero. 
No la indaga el silencio ni la memoria abstracta de mi sueño.
La noche nos informa de su tacto de el alba.
En tu mano,
es un nuevo milagro su soterrado origen.



Los dones furtivos  (1980)


LA ROSA

Halo del sueño. Secreto círculo que parece temblor.
Azor o tallo. En la mirada acumula silencio.
Le pone voz al agua. Tacto al viento.
Frágil muda la mano el aire.
Ha sido el amor. Y lo será sin darse cuenta.
La sé crepuscular. La noche la libera
De su verde clausura.
Te has hecho a ti misma.
¡Oh, rosa desnuda y serena!

El corazón del bosque (1992)

Del mismo autor, un texto de alta prosa poética,  aparecido en Fotomontajes (2009) 

 LA ROSA ROJA  (Fragmento)

[…]"La primera marcha mundial por la Paz y la No violencia. La primera marcha desde el sueño y la utopía, levantando vientos, ríos y fonógrafos. Llevando flores y relojes por las calles del mundo, llevando paraguas y bonetes, llevando miradas, universos, abrazos; cantando. La primera marcha mundial desde la alegría. Sin leyes, sin órdenes, sin corbatas.
Dejando atrás para siempre la injusticia. Marcharemos buscando el mundo que anhelamos. Sin temores ni humillación ni odio. Marcharemos sin recetas milagrosas, sin falsificaciones, sin disfraces. Allí estaremos. Jubilosos, primitivos, rebeldes. Con el emblema del poema: la rosa roja". 

 

                                                                               * * *

La palabra smog, que debe escribirse esmog, en idioma castellano, es un anglicismo que se utiliza para describir la contaminación atmosférica que se produce en algunas ciudades como consecuencia de condiciones climatológicas concretas y la combustión de ciertos elementos químicos. Smog es una mezcla de los vocablos smoke (humo) y fog (niebla), términos que definen perfectamente la apariencia del fenómeno en cuestión.


Imagen y Fuente: Internet

* Los textos transcriptos del literato Carlos Penelas, son de su total pertenencia  con todos sus Derechos Reservados.

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