jueves, 10 de octubre de 2013

Periódico Irreverentes (Publicado 10/10/2013)



Vini, Vide, Vinci


                    
                                                                                   Por Marita Rodríguez-Cazaux


 



VINI

Fue por Internet. Por casualidad.

No le conté el color de mis ojos ni la estatura, porque nadie puede mirarse con exactitud frente a un espejo, y como la verdad es subjetiva, preferimos hablar de todo, menos de nosotros.

Acordamos no mencionar nuestros proyectos ni los sueños colgados en las perchas de la rutina. Una orden que aceptamos para seguir por siempre conectados.

Así, alejados, lográbamos encontrarnos.

VIDE

Una estrafalaria curiosidad nos hizo establecer un encuentro en un bar.

Casi ni nos miramos. Descentrados, apenas nos oímos las voces, hasta el tono que nos enlazaba parecía excluido de nosotros.

Descolocados, frente a frente, dimos unos pasos hacia atrás y salimos apurados, escapando del encuentro para volver a entrar en Internet y conectarnos.

VINCI

La casilla de mensajes se tildó.

Internet no registra los correos enviados y dispara los que llegan. Se bloquearon los archivos.

Un desperfecto cibernético interrumpió el chateo justamente cuando confesaba el más intenso amor.

La pantalla es ahora un silencio cuadrado.

Ni siquiera puedo recordar el color de sus ojos. Ni la forma de sus manos.

Un malestar me hace tirarme en el sillón del living. Alcanzo, estirando la mano, un libro del primer estante.

Signos extraños aparecen en una página. Acomodados en líneas parejas, no puedo descifrarlos.


                                                                           * * *


Imagen: Amor Virtual - Internet


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