martes, 13 de mayo de 2014

TALENTOSAS ESCRITORAS ARGENTINAS


Sabemos que muchos escritores, mujeres y hombres, escriben con “la idea puesta en una puesta en escena” con la intención de que su narrativa trascienda el libro y vaya al cine masivo que suministra dividendos suculentos. Otros escritores trabajan en grupo en un taller donde se aúnan ideas, trama, atmósfera y, en conjunto, abordan o desembarcan el cierre de la historia. Habrá que reconocer que dicha disciplina trae seguramente buen curso si se piensa en el sabido refrán “cuatro ojos ven más que dos” o en la trilladísima frase "esfuerzo de varios, menos esfuerzo de uno".

Por fortuna hay escritores que escriben alejados de estos cánones, sumergidos en la primera acepción que define la Literatura como "arte que emplea como medio de expresión una lengua", es decir, poniendo en primerísimo lugar el vocablo Arte, sostienen como referencia el sentir del novelista estadounidense y Nobel de Literatura, William Faulkner, quien aseveró que "Arte es todo aquello que está bien hecho".

La escritura libre, ese estilo de escribir con el pensamiento al vuelo y sin corregir puede conseguir vocablos y palabras fantásticas que de otra manera estarían amordazadas. Ahora bien, para escribir, con ese ligero paso que hace que el que lee no se arrepienta de haberse metido en el libro, es otro tema. Aquí, habrá que trabajar el formato, explorar los verbos y acertar con la descripción. Recrear enunciado y análisis para abordar sin mella y desembarcar del mismo modo, la narración. Bajo este signo debiera pensarse pues, la capacidad de quienes escriben con puntillosa orfebrería tratando de embellecer el mundo real, al menos, el tiempo en que se disfruta de sus lecturas. 





LOS OJOS DE LOS OTROS

                                                                     Por Ester Spiner



Los encerraron a todos en la Tierra y les dijeron: - ¡Tienen que vivir!

En los ojos de los otros apareció el asombro, el miedo, la angustia, el dolor, el sabor de la aventura, el presagio de lo incierto. Los ojos de los otros bailotearon observándolo todo.

Estaban encerrados en una jaula llamada Tierra. ¿Tenían que vivir? ¿Qué significaban aquellas palabras? ¿Quién era ese extraño ser que oculto entre transparencias luminosas los había puesto a todos juntos en ese lugar?

Al amanecer, los ojos se buscaron. Corrían de un lado a otro, de unos a otros, se buscaban. Y la búsqueda resultaba imprecisa, temerosos de enfrentarse con los ojos de los otros.

Algunas veces brillaban formando un haz luminoso que los aunaba; otras, en cambio, oscurecían el cielo mismo con su mirada.

Poco a poco fueron surgiendo de los haces luminosos otros ojos, más pequeños, asombrados, sin saber. Y miraban a los otros, a los ojos que sabían y morían por saber que estaban encerrados.

Atardecía ya cuando los ojos se encontraron. El sagrado opresor callaba las respuestas. Entonces, en un último intento, reunieron a todos los pequeños ojos. Rompieron las redes que cubrían la Tierra y los tiraron al espacio.

-Serían libres –dijeron. Y ocultaron para siempre ya sus ojos de los otros. Los cerraron y desaparecieron en el silencio de ese día…

                                                                                                          11/11/1976




ESTER SPINER nació en Buenos Aires.
Profesora en Filosofía egresada de la Universidad de Buenos Aires y escritora. Fue Rectora del Colegio 
N°18 Dr. Alberto Larroque y Supervisora de Educación Media del GCBA. Ha investigado acerca de la formación de lectores y coordinó cursos de capacitación docente y talleres literarios. 
Ha publicado el libro: Taller de lectura en el aula en la editorial Novedades Educativas. Es autora de poemas, cuentos y artículos periodísticos sobre temas educativos. Entre ellos: “¿Quién dijo que no quiero leer?”, Periódico “El Día de Gualeguaychú”; “Literatura y las herramientas culturales en la pre-adolescencia” y “Leer por placer en la escuela secundaria”en la Revista Novedades Educativas. Participó en la Antología inmigrante y en la Antología El Duende, la Luna y yo de ediciones El Escriba.
Obtuvo el Primer premio en Cuento en el Certamen Literario: "El arte en Septiembre". D. E. Nº18 del GCBA, 1990 y Mención en la categoría Poesía. Concurso para Docentes de Educación Media y Técnica de la 26º Exposición Feria Internacional de Buenos Aires –El libro del Autor al Lector-, 2000. 
Ha presentado ponencias y coordinado talleres en el Foro Mundial de Educación en ciudad de Buenos Aires; en la Feria del libro de Mar del Plata; en la Feria del libro infantil, Alas de papel de Urdinarrain, Entre Ríos; en la Jornada de Intercambio de experiencias Educativas “Prácticas de Lectura y Escritura”, realizada en Dolores; en la 39° Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Buenos Aires; y en la Asociación Dante Alighieri, con la conferencia: “Distintos enfoques de la inmigración y la literatura” y en el Centro Cultural del Partido de la Estrada con el tema: “Mujeres de la Biblia”.





EL FIN

                                                    Por Elsa Lombardo


_ ¿Así que se fue?
_ Sí. Lo supo, por fin
_ ¿Cómo se enteró?
_ Siempre dudó, y con eso de la propaganda en internet...
_ Y ¿qué vas a hacer?
_ Nada. Ahora nada, me cago en la mierda. Por protegerlo ya cambiamos de país tres veces. No pienso hacer nada, nada.
_ Tu mujer qué dice.
_ Me echa la culpa a mí. Dice que se quiere separar. Por no decírselo entonces. La muy boluda o no sabía o se calló la boca. Ahora es fácil culparme.
_ Ya se olvidó de la cuenta bancaria que le hiciste abrir, de los viajes, de la buena vida.
_ Insiste en que me creyó. En que no se dio cuenta de nada.

Los vidrios del auto estacionado en el parque reflejan las ramas sin hojas que el invierno ha desmadrado. Las luces apagadas ocultan al vehículo, un fantasma de hojalata.

_ Lo que más bronca me da es que estoy a punto de jubilarme. Lo que se viene me hace perder todo, me vaya o no me vaya.
_ Pero si te vas, sabés que te vamos a proteger. Vos siempre fuiste al frente. Siempre fuiste el mejor. Fuiste vos el que rescataste al pendejo. Era tuyo. Si se fue es porque es un hijo de puta, malagradecido. No te habrás ablandado ¿no?
_ No, no. Pero estoy cansado. Aquello ya pasó. Y la protección no va más allá de. En un tiempo ni se van a acordar de mí.
_ ¿Y qué querés. Bastante con sacarte del país y que comencés de nuevo en otra parte. Tenés apenas sesenta años, carajo.


En silencio ven la sombra que se acerca. Una mano va directo al cinto y asoma armada. Las palabras cortan la noche:

_ Rajá de acà, puto de mierda o te agujereo hasta la última bala. A otro lado, infeliz. Estos maricas lo único que saben es putonear. Habría que acabar con ellos también. Volviendo a lo nuestro ¿ya te citaron?
_ No, ni a mí ni a mi mujer. Sabemos qué pasos darán pero no cuándo. El guacho no aparece. Lo deben estar protegiendo. No se llevó nada. Largó todo. Nos enteramos por la tele. La puta que lo parió. Desde que apareció el número 71, hasta nos robó la partida de nacimiento y las primeras fotos que le sacamos. Se las llevó a las viejas y se fue a dar sangre al banco de datos.
_ Nosotros queremos que te rajés.
_ Tarde o temprano me van a encontrar. Estoy acabado. Nunca voy a estar tranquilo. Nunca voy a dejar de sentir que me siguen. Nunca voy a poder dormir sin pastillas.
_ Pero vos estás derrotado, hermano. Así no se te va a tener confianza.
_ Ya di suficientes pruebas de lo bueno que fui. No necesité más que la primera orden. Yo mismo conseguía los datos, iba al frente. Jamás rompí el pacto de silencio. Ahora, lo que tenga que venir, que venga.

Las ramas desnudas se mueven cada vez más rápido bajo el cielo negro. Los primeros truenos retumban.

_ Nos tenés de tu lado. Agarrá a tu mujer y andate y si no quiere, dejala y que se arregle. El Puma se fue y ahora es un señor allá. En cambio el que ya sabés, va para la perpetua.
_ Porque ninguno crió un guacho que lo delatara. Dame dos o tres días.
_ Está bien. Teneme al tanto. Chau.

Cerró los ojos. Intentó huir de sus propios pensamientos. No escuchó a la patrulla que entró al parque y comenzó a dispersar mujeres. Tampoco los vio acercarse; cuando la luz de la linterna lo encandiló intentó llevar la mano al cinto. Desistió. Lo estaban apuntando.






ELSA LOMBARDO nació en Córdoba, hace años está radicada en Buenos Aires.
Docente, escritora, investigadora. Coordinadora de talleres literarios, desde el año 2001 dirige el taller literario “La ventana”.
Ha sido premiada en distintos concursos entre ellos, Concurso “Los Reyes Magos” - Liga Pro Comportamiento Humano. Diploma de Honor categoría adultos. “¿A qué hora pasan los Reyes?” (1994).
“Pétalos al viento”. Poema. Muestra sobre Derechos Humanos. Centro Cultural Adán Buenosaires. (1998).
Segundo Concurso de Poesía y Cuento Urbano y Suburbano. Mención de honor. Títulos de las obras “Cuentos de infancia” (Poesía) y “Caíto y la máquina expendedora de boletos” (Cuento). Edit. Baobab.
Miembro titular del jurado del Segundo Encuentro Anual Distrital del Cuento Infantil Distrito Escolar Nº 13. Bs. As.1997; del Primer Certamen Literario “100 años de La Paternal. Bs. As. (2004) y del Concurso literario “Con las alas del alma”. “Por la Memoria. Por los 30 años”. Unión de Trabajadores de la Educación. CTERA-CTA (2006).
Mención de Honor Concurso Literario Gustave Flaubert organizado por Editorial Trazo Literario. Río Tercero. Pcia. De Córdoba. Argentina. Título del cuento “Cruzando el charco”. Aparición en Antología. (2007).
Seleccionada por el sitio www.antorchacultural con micro relatos de su autoría. (2007).
Tallerista en la Feria del Libro Infantil y Juvenil en Buenos Aires (2003-2008).
Es columnista del periódico barrial Todo Paternal en temas de Educación y Página didáctico-recreativa infantil.
Participante de la Antología “Metamorfosis” desde el año 2003 con cuentos de su autoría hasta 2008.
Publicó “Mundochico” Poesías para niños. Editorial Panambi. Bs. As. Argentina. (2002), “Leyendas del Universo Guaraní Tomo I - Editorial Baobab. Bs. As. Argentina. (2006), “Leyendas del Universo Guaraní Tomo II - Editorial Bao Bab. Bs. As. Argentina (2008), "Pasaporte a Muravá". Editorial Baobab. Bs. As.
Argentina.(2010).




ESTABA ESCRITO

                                                                                  Por Adriana Lisnovsky




Atrapada en una burbuja de resignación, Mabel, sentía cómo desperdiciaba la vida al lado de Ricardo. Él prometía, juraba, le contaba planes incongruentes, la envolvía… y terminaba por convencerla.
En lo que iba del año, llevaba perdidos tres empleos. Nunca por culpa de él. Había sido el destino, estaba escrito. Pero ya iba a llegar la gran oportunidad, ya iban a salir de pobres, algo grande (acorde a su capacidad, que hasta ahora nadie había descubierto) los sacaría de la mediocridad, de en medio de un mundo de mediocres que no apreciaban su talento.
“Está escrito, Mabelita. Todo está escrito, como decía mi vieja, en paz descanse”. Mientras esperaban el designio de un destino escrito vaya a saber por quién, ella mantenía la casa, cuidaba a los chicos, limpiaba y todavía, tenía que consolar a un marido con aires de genio, que se tiraba en un sillón, a esperar la oportunidad y de paso mirar todo partido de fútbol trasmitido por aire o por cable, a la sombra del cielorraso descascarado, que a ella comenzaba a aplastarla.
─Comprá el Clarín, Ricardo. Levantate a las seis de la mañana y salí a buscar cualquier cosa. No te van a golpear la puerta para ofrecerte trabajo, movete.
─Ay, Mabelita, qué poca fe. Si te digo que está escrito, está escrito. Mirá cuando mi vieja…
─Terminala con tu vieja, Ricardo. Sabés qué, me tenés podrida con tu vieja.
Aquel invierno había llegado helado y lluvioso. La estufa estaba rota y el calefón andaba día por medio. El agujero en la suela del zapato de Mabel, dejaba que se metieran entre sus dedos el frío de los adoquines, a veces los mismos pies eran dos adoquines. Especialmente los días en que le tocaba la patrona del centro. Dos horas de viaje en el colectivo trucho, boleto más barato. Ricardo se lo había dicho “Mabelita, te conviene el trucho, son dos mangos menos, con eso que te ahorrás me traés los fasos. Ves, si uno piensa un poco, se puede hacer economía”. Cuando ella volvía a las cinco de la tarde, le preparaba el mate, le daba los cigarrillos e invariablemente escuchaba: “tuve un presentimiento, no te imaginás, hasta se me puso la piel de gallina. Yo debo ser medio perceptivo, no vidente como mi vieja, pero puedo sentir cuando se acerca algo grande, esta vez salimos de pobres”. Y seguía, “sabés quién vino a verme, Cacho, el del taller. Ese tipo es buena leche. Me dijo que se había ido un electricista, si quería agarrar. Pero vos sabés que estoy para más. Lo de los autos ya fue, ahora quiero abrir mi propia empresa, con lo que te conté, te acordás, el sistema de luces auto recargable. Cacho me tiró buena onda, él también cree en el destino. Metele para adelante, me dijo. ¿No te parece un buen presagio?”
─No, me parece una boludez- dijo Mabel saliendo para ir a buscar a los chicos al colegio. Ya en la puerta de calle, escuchó a Ricardo:
─Sabés cómo te quiero ¿no? Contestame.
─Yo también.
Sí, lo quería. Increíble, inevitablemente, lo quería.
La temperatura no subía y el hijo menor, estaba resfriado. Por favor, que no se enfermara, con el precio de los remedios y lo poco que… mejor no pensar.
Martes. Era el día de la señora de Caballito. Una mujer muy exigente. Mabel volvía tan cansada, que su cuerpo parecía de algodón. Entró a la casa y Ricardo estaba en bata. Qué hacés sin vestir, le dijo.
─Lo que pasa, es que anoche no te conté Mabelita. Casi no dormí. Tuve un sueño, un sueño que si me decís que el destino no existe… Escuchá: yo estaba en un salón muy lujoso, con alfombra roja y todo. De repente entrabas vos, vestida de novia. ¡Preciosa! Yo estaba en pijama, qué loco ¿no? Te miré a los ojos y justo ahí, entraba Cacho vestido de cura. Nos iba a casar. Cacho era el cura, andá pensando. Decía, acepta a esta mujer y todo lo demás. Entonces yo sacaba el anillo del estuche. Vos alargabas la mano y cuando te lo estaba poniendo, veía que en vez de piedra, el anillo tenía una lamparita auto recargable, que brillaba más que un sol. A vos se te llenaban los ojos de lágrimas. De repente aparecía mi vieja, vestida como Evita, con un cartel en la mano, porque en el sueño era muda. ¿Sabés qué decía el cartel?: TODO ESTÁ ESCRITO, NO SE PUEDE ESCAPAR AL DESTINO. Cacho, vos y yo, llorábamos y en ese momento se encendían miles de lamparitas auto recargables y los tres empezábamos a reírnos sin parar y ahí la que lloraba era mi vieja. Pero de emoción, viste cómo era ella. Después me desperté.
─Y Ricardo, uno sueña cualquier cosa.
─¡No Mabel! ¿No te das cuenta? Son todos presagios. Lo de las lamparitas va a funcionar, Cacho me va a ayudar y mi vieja, con ese cartel, me quiere decir que llegó el momento. Se va a cumplir lo que estaba escrito.
─¿Y yo?
─Vos…vos estabas hermosa… No quiero perder tiempo, lo voy a ver a Cacho. Cuando vuelvo me hacés unos mates.
Mabel comenzó a juntar juguetes y sacó de la heladera la carne para las milanesas. Mientras tanto, llenó el lavarropas e hizo la cama, siempre la aguardaba deshecha. Se sentó unos segundos y contempló sus manos. Ajadas y sin ningún anillo. La alianza la había tenido que vender, cuando el nene más chico tuvo bronquitis, para poder comprar el antibiótico. En ese momento llegó Ricardo.
─Y, qué pasó ─dijo Mabel.
─Hablé con Cacho. Le conté lo del sueño y entonces le propuse una sociedad. Le dije que yo ponía la idea, la de las lamparitas y él, el capital. Nos vamos a llenar de guita, está escrito, Gordo. Le dije eso y ¿sabés con lo que me salió? Que él no estaba para negocios locos, que tenía que mantener una familia. Pero que si quería el laburo de electricista, estaba a tiempo, todavía no habían tomado a nadie.
─Aceptaste ¿no? Por lo menos por ahora, Ricardo.
─Pero Mabel, vos me estás cargando. Cómo voy a aceptar. Encima no te das cuenta de que no se puede confiar en nadie. Después pensé, que el del sueño, no debía ser Cacho. Era gordo, pero la cara no se la pude ver bien. Tengo que esperar. Vos tranquila, el sueño no va a fallar. Fue una premonición. Dale, cebate unos mates.
Mabel no le contestó. Puso la pava en el fuego. Llenó el mate de yerba, lo llenó demasiado. Tanto que le costó clavar la bombilla. La vista le quedó fija en ese recipiente enlozado y descascarado, medio azul y medio negro. El agua hervía. Sin poner azúcar, empezó a echar el agua hirviendo dentro del mate, despacio, con la vista fija en un objeto al cuál no le encontraba sentido. El agua comenzó a desbordar, caliente cómo estaba, rebalsó el mate, saliendo, lo chorreó, cayó por la mesada, siguió por el piso, hasta que le llegó al agujero del zapato y sintió el calor en el pie. El mate se había desbordado.
Que se lo cebara él.



ADRIANA LISNOVSKY, nació en Buenos Aires.
Coordinadora de talleres literarios, poeta y escritora.
Su obra descarna un estilo íntimo y realista de calibrada percepción. Son notables sus cuentos donde el monólogo del fluir errático avanza mostrando conflicto y desenlace desde la conciencia del propio protagonista.
Ha conformado numerosas antologías de narración como "Lo que llega a la playa”, “La vida…ese enigma”, “Acaso la vida”, "Revelaciones", "Bajo el puente azul", Letras del Face II y IV Editorial Dunken.
Participó, hasta el año de su cese, de Metamorfosis, antología que agrupa trabajos de escritoras de altura.
Recibió diversas distinciones, entre ellas el Premio Concurso Junín País; Mención Especial del jurado y Mención de Honor, Concurso ediciones Ruinas Circulares.
Varios de sus cuentos fueron publicados por la revista literaria “En sentido figurado” (España) y “Generación abierta” (Argentina).
Su cuento "Un sueño, ser escritor", ganador del segundo lugar en el concurso literario internacional de "Resonancias literarias", mereció elogiosa crítica de Rubén López Rodrigué, "La autora sabe pintar un luto que echa sus fúnebres tules sobre la reducida capacidad creadora de su ominoso personaje; evoca el relato “El escritor fracasado” de Roberto Arlt. El cuento desborda de una prodigiosa imaginación cuando al protagonista (sin nombre) se le aparecen en su habitación personajes de la literatura universal".
Adriana Lisnovsky ha dictado numerosos talleres literarios en centros comunitarios para adultos mayores. Actualmente trabaja sobre un próximo libro de cuentos.


Ilustración: INTERNET


Los cuentos se publican en el presente blog literario con la autorización de sus Autoras, a quienes pertenecen todos los derechos y atribuciones sobre los mismos.

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