jueves, 26 de marzo de 2015

CRÍTICA LITERARIA

“CUERPOS EXTRAÑOS”, DE CYNTHIA OZICK

                                                                                                                                      Por Germán Cáceres*
Cynthia I
La autora escribió su tesis doctoral sobre Henry James y el libro se inicia con una cita de una novela importante de este maestro de la literatura norteamericana: Los embajadores (1903). Precisamente, Cuerpos extraños –que, por otra parte, admite múltiples lecturas- puede entenderse como su réplica, pues mientras James veía en París –más allá de sus reparos- un ejemplo del faro luminoso de la civilización y la cultura europeas, aquí –la acción está situada en 1952- tras la visita de la protagonista Bea a la capital francesa, se extrae la conclusión contraria: es un continente que atrasa y en su población está arraigado el antisemitismo.
Ozick describe el infierno que vive la familia de clase media norteamericana Nachtigall, algunos de cuyos miembros alcanzaron las capas altas y otros descendieron a las bajas. Se trata de personajes neuróticos, como la acomplejada Bea, el soberbio y arrogante Marvin (su hermano) o Leo Coopersmith (su ex esposo, que fabula fantasías sobre su capacidad artística). La desinteligencia de sus integrantes es absoluta: exhiben conductas patológicas extremas, pese a estar ubicados en la sociedad como personas en apariencia normales. Los diálogos que mantienen son metralla pura, se agraden entre ellos sin contemplaciones y hay un maltrato verbal y un sadismo constantes. Sucede que todos –incluido el exitoso Marvin- están dominados  por la angustia, la frustración y un fuerte sentimiento de culpa: esencialmente son débiles y nada felices.
La prosa de Cynthia Ozick es estupenda, de relevante soltura y plena de imágenes soberbias: “Ellos debían obedecer sus designios, porque él era la esencia, la emanación de un caldero avivado por demonios, la vibración que nace del corazón de un tornado, agitada por el ímpetu de una armada de divinidades”. La estructura de la novela está articulada de un modo original y espléndido, siendo uno de sus recursos el género epistolar. La traducción de Eugenia Vázquez Nacarino se puede calificar de impecable.
Cynthiz Ozick (Nueva York, 1928) es candidata permanente al Premio Nobel. Según Silvina Friera (Página/ 12), entre sus narraciones se encuentran LevitaciónVirilidad,Los papeles de Puttermesser El mesías de Estocolmo, en tanto sus ensayos incluyen Art & ArdorThe Din in the HeadMetaphor & MemoryFame & Folly Quarrel & Quandary. En 2012, la novela Cuerpos extraños estuvo nominada al Orange Prize.


“SIMONE”, DE EDUARDO LALO


                                                                                                                     Por Germán Cáceres*
Eduardo Lalo copia
La novela está escrita en la primera persona de un profesor que confiesa su frustración existencial y su consiguiente amargura: “Tantos hombres y mujeres han creído posible cambiar la historia cuando no han hecho más que padecerla; o mejor sería decir, soportar su barrio, su familia, su mujer, a sí mismos”.
Al principio su prosa magistral y directa parece impulsada a registrar las reflexiones amargas del protagonista mientras deambula por San Juan, capital de Puerto Rico. Son como notas, apuntes y pensamientos espontáneos escritos en una libreta -mientras recorre calles-, varios de ellos de enorme profundidad. Pinta a su país (aunque es cubano de nacimiento) como un lugar frustrado, que carece de alma y de dimensión histórica, de la que no es ajena su condición de Estado Libre Asociado a los EE. UU. Considera a esa ciudad como su razón de estar en el mundo, como su más entrañable pertenencia, pero, a la vez, como una llaga o una herida permanente que no deja de sangrar. El escepticismo y el desánimo presiden estas observaciones: insiste en que todos los días son iguales, que cumplen una rutina de tedio y de hastío.
De pronto, la novela cambia de sentido. El flậneur recibe mensajes anónimos y con citas literarias de alguien que firma Simone Weil, como la famosa filósofa francesa (1909-1943). Los pasos hacia el encuentro con esa misteriosa desconocida resultan estimulantes. Y entonces nace entre ambos (ella es una inmigrante china llamada Li) un amor avasallante, pero también imposible por tratarse de un placer no convencional (“La fuerza salía de las entrañas por conductos hinchados de gozo, en una oleada de furia y júbilo que conducía a la muerte momentánea y espasmódica en la que se iba la vida y, a la vez, se renacía”). Pero, además, el profesor no cree en el amor: “Las parejas se niegan a verlo, pero toda historia de amor tiene un final”.
Simone (Premio Rómulo Gallegos 2013) cuenta con un prólogo erudito y agudo de Elsa Noya, que señala “los procedimientos de construcción del texto como magma metafórico de escritura e imagen”.
Eduardo Lalo (1960) es narrador, ensayista, poeta, docente universitario, cineasta y artista plástico (escultura, pintura, instalación, fotografía y video). Ha escrito, entre otros títulos, La isla silente (2002), Los pies de San Juan (2002), La inutilidad (2004),donde (2005), Los países invisibles (2008) y El deseo del lápiz (2010).


*Germán Cáceres, (Avellaneda,1938)
Novelista, cuentista, guionista, ensayista, crítico y dramaturgo argentino de continuada y prestigiosa obra.

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