domingo, 31 de mayo de 2015

ENTREVISTAS


Entrevista a Pablo Martínez Burkett por “Forjador de penumbras”

Por Fernando Veglia*
Pablo Martínez Burkett

“Escribo porque me gusta contar historias. Porque me gusta sumergirme en nuevos mundos y compartir las perplejidades del descubrimiento.”


P.: ¿Cómo nace su gusto por la literatura? ¿Qué autores lo influenciaron?
R.: Mi casa paterna siempre fue un mar de libros (lo sigue siendo aún al día de hoy). Y el rigor de las siestas subtropicales me la pasaba panza abajo en el piso con algún libro de historia antigua, mitología, el Egipto farónico, los volcanes, los astros, la II Guerra Mundial… Además, mi papá trabajaba a la tarde como bibliotecario en mi colegio, La Salle de Santa Fe, y ahí me proveía de cuanto libro me gustara. Me crié entre libros y no es una metáfora. Amo los libros. Soy un fetichista de los libros. Y aunque todo censo es un recorte arbitrario, a la hora de declarar mi precedencia arranco sin dudarlo con Verne y Salgari. Después llegaron Poe y Lovecraft (de quien cada día me descubro más tributario de lo que suponía). H. G. Wells también metió lo suyo. Quizás resulte poco canónico, pero no puedo desconocer la influencia que tuvieron las infinitas novelitas de cowboys que leía mi abuelo, con don Marcial Lafuente a la cabeza y cierto género muy argentino, las revistas de historietas: El Tony, D’Artagnan y Fantasía. Y por el lado local, Adolfo Bioy Casares y Julio Cortázar. Y dejo para el final a Borges, “la” influencia.
P.: ¿Por qué escribe? ¿Desde cuándo?
R.: Es una pregunta interesante, que no siempre uno se la hace y debería ser la primera. Escribo porque me gusta contar historias. Porque me gusta sumergirme en nuevos mundos y compartir las perplejidades del descubrimiento. Porque me encanta la vida propia que cobran los personajes.
Y para responder por los orígenes, me encantaría remontarme a un comienzo épico, certificar alguna temprana epifanía o enunciar una certeza precoz. Pero no la tengo. Me recuerdo escribiendo una poesía sobre una intoxicación masiva en una Primera Comunión a los 8/10 años. Un poco más grandecito confeccionaba mis propias revistas de historietas y hasta dibujaba las torpes ilustraciones. Como todos he consagrado versos indigeribles a algún enamoramiento adolescente y no hace mucho, descubrí el olvidado diploma de un premio que me gané a los 16 en un concurso literario de mi ciudad natal. Siempre escribí. Pero empecé a hacerlo con regularidad hacia el año 2000 y recién salí del closet en el 2004, cuando se me dio por publicar en algunos foros de relatos que había por entonces.
P.: ¿Cómo surge “Forjador de penumbras”?
R.: “Forjador de penumbras” es un libro que quiero mucho, como que es el primogénito, el primero en solitario. Y surge porque con el relato “Había algo allá afuera” gané el Concurso “Mundos en Tinieblas” de la Editorial Galmort y el premio era la publicación de un libro, así que junté algunas historias que en aquel momento pensé eran las que mejor me representaban.
P.: ¿Qué género literario aborda?
R.: Una respuesta cortita: el fantástico. Una un poco más elaborada: el fantástico rioplatense que es la etiqueta que se me puso a partir de cierta crítica autorizada. Y la verdad es una definición que me queda cómoda porque efectivamente mis historias están narradas casi siempre en primera persona y proponen el extrañamiento de lo cotidiano, la irrupción de lo ilusorio, el fraccionamiento de la percepción pero sin que quede muy claro si se trata de un sueño, una alucinación desequilibrada o eso que llamamos realidad, modalidad narrativa muy apreciada por estas pampas australes
Hace poco, leyendo las Clases de Literatura de Cortázar en Berkeley, encontré una apreciación que hago propia: “Desde muy niño lo fantástico no era para mí lo que la gente considera fantástico; para mí era una forma de la realidad que en determinadas circunstancias se podía manifestar, a mí o a otros, a través de un libro o un suceso, pero no era un escándalo dentro de la realidad establecida. Creo que yo era ya en esa época profundamente realista, más realista que los realistas puesto que los realistas aceptaban la realidad hasta cierto punto y después todo lo demás era fantástico. Yo aceptaba una realidad más grande, más elástica, más expandida, donde entraba todo”.
P.: ¿Qué efectos tuvo haber ganado el concurso literario “Mundo en Tinieblas”, de Ediciones Galmort?
R.: En aquel entonces, por poco o por mucho que fuera el premio, un respaldo, una certeza. La convicción de haber dado un paso y la obligación responder con los sucesivos. Hoy, cinco años después y con el cierre de Galmort a poco de publicado, creo que el mejor efecto fue el tener que ponerme al hombro la publicidad, el marketing, la distribución y difusión del libro. Tuve que aprender sobre un mercado totalmente desconocido y vincularme con muchísima gente. De una inmensa generosidad, la gran mayoría. Y otros, no tanto.
P.: ¿Qué ofrece la obra?
R.: Es un libro muy prolijo, que trata con mucho respeto nuestra lengua castellana. Cada palabra aspira a buscar una equilibrada dosis de fantástico, terror y ciencia ficción que en la más rancia tradición pulp se abisma por portales temporales, bilocaciones históricas, enloquecidas acechanzas nocturnas, monstruosas transformaciones, inquisidores impiadosos, alienígenas varios, dragones vengativos, talismanes celtas que son pasaporte a una multitud de universos, demonios dados a la jarana, locos perseguidos, perseguidores enloquecidos, filósofos con vana pretensión cabalista y todo un catálogo de peripecias donde lo cotidiano se vuelve extraño, anómalo, siniestro o simplemente terrorífico.
Tiene prólogo de Roberto Alifano, el reconocido escritor, poeta y periodista argentino, que fue amanuense de Jorge Luis Borges en sus últimos diez años de vida.
P.:¿A qué público está dirigida?
R.: Me gustaría decir que es para todo público pero no falto a la verdad si digo que es para todo aquel que guste de las historias que borronean los límites entre lo real, lo imaginario y lo simbólico. Es un libro para quien le guste leer relatos que proponen una realidad oscilante.
P.:¿Cómo ha alcanzado esta reciente segunda edición? ¿En dónde se presentó?
R.: Eriginal Books es un sello editorial radicado en Miami que tiene una fuerte presencia en el mercado hispano de Estados Unidos. Ellos estaban buscando incorporar escritores de otras latitudes a su catálogo y la escritora Violeta Balián ofició de cicerone. La presentación oficial de “Forjador de penumbras” se hizo en noviembre de 2014 en la Miami Book Fair con un notable éxito para ser un recién llegado a ese mercado.
P.: ¿Dónde puede adquirirse?
R.: La primera edición de Galmort está felizmente agotada. Esta segunda, corregida, aumentada y con nuevo diseño de tapa puede adquirirse a través del portal Amazon
P.: ¿Qué vino después de Forjador de Penumbras?
R.: En solitario, el libro de relatos “Los ojos de la divinidad” que también es producto de un concurso, el Fondo Metropolitano de la Cultura del Gobierno de Buenos Aires y que me editó la Editorial Muerde Muertos, una empresa que dirigen los hermanos Carlos y José María Marcos que son lo más grande del mundo mundial. Y apariciones en algunas antologías como “Buenos Aires Próxima” de Ediciones Ayarmanot, un libro sobre una Buenos Aires anómala, distópica, aberrante. Y “El libro de los muertos vivos-Antología Zombi”, que editó LEA. Y seguir publicando en revistas, diarios, escribiendo para programa de radios, en fin, cada día menos abogado y más escritor.
P.: A modo de adiós, ¿qué libro relee a menudo?
R.: Con los libros es como con la música. Uno puede tener (para encono conyugal) surtidores de libros por toda la casa y sentir que nunca son bastantes, pero siempre se vuelve a los mismos. Ya lo decían los romanos: “Clásico es lo bueno que perdura” y mis clásicos son “Ficciones” y “El Aleph” de Borges, “Narraciones Extraordinarias” de E.A. Poe.; “Historias Fantásticas” de Bioy Casares y alguna antología de cuentos de Lovecraft.

*Fernando Veglia, escritor y articulista argentino.
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Publicado por Fernando Veglia p/fernandoveglia

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