domingo, 26 de junio de 2016


DUENDE, BANDERA Y VERSO


Por Marita Rodriguez-Cazaux

I

Granada es una llaga abierta que te nombra.
Cuchillitos de plata sobre el monte,
Lumbres de nácar.

Al galope las campanas de Justicia,
Federico,
Y el acero de tu canto
Para parir la España de bandera libertaria.

 El toro embiste la penumbra.
Corceles de guerra hunden los pechos.
Estertor de agonía por olivares
En surco de sudor y lágrimas,
Igualdades reclama el hachazo del hambre.
Muerte y barbarie,
Pétalos de carne herida los encinares,
Grávida de pasiones la serranía
Se calcina en la lengua de la metralla.
II

Desde la mar, el canto de las Sirenas,
Es una voz de espuma que te clama.

Y el ulular en torno de la encina,
El herrumbrado estío,
Los oros espigados de la huerta,
El azahar del amoroso encuentro.

Para que vuelvas como vuelves,
Federico.
Porque no es cierta la muerte que te dieron.
No se mató tu corazón de lirio.
No se calló la rosa de tu acento.
Duende, Bandera y Verso,
Florecieron tus huesos.

Alados
 ojos y sueños
desde la fosa negra trepan al Alba.


El presente poema debe su inspiración en la obra pictórica 
del artista plástico y escritor argentino José Curia, 
a quien la autora agradece la deferencia por la invitación 
a poetizar su obra.



                                                                                                               

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