jueves, 23 de marzo de 2017

ANTOLOGÍA DEL LECTOR CÓMPLICE TOMO II









HISTORIETAS: LA VOZ DEL PERSONAJE

                                                                                     Por Marita Rodríguez-Cazaux





      Este breve artículo no pretende abordar la historieta como género literario ni su posición en el escenario cultural, social y político, puntos tratados magistralmente por escritores, dibujantes y artistas plásticos interiorizados en ese estudio específico. Tampoco se enfoca en las voces que afamados artistas adaptaron y dispusieron para los personajes de comics en versiones fílmicas de efectos especiales. 
      Por el contrario, la intencionalidad de este escrito es indagar el cauce que lleva al acento que otorga el Amigo Lector al personaje gráfico. Es decir, la identidad que damos a la voz de los personajes que habitan las viñetas, incluidas aquellas secuencias mudas que tampoco carecen de acentos definidos en nuestra imaginación. 
       Desde luego, todo lo expuesto es factible de refute, sin embargo coincidiremos en que, encerrado en esos globos que coronan a los protagonistas, hay un tono que recreamos de forma personal y que perdura a través de las épocas.
      Sería apropiado analizar la cualidad del color como primer punto. Esa conducta vocal, el matiz que el cantante emplea en la emisión vocálica -eufonía clara u oscura-, puede aplicarse para acercarnos al timbre que otorgamos a la figura dibujada, inclinados por la coloración que elige el dibujante.
    Para ejemplo, la mítica Periquita que, en blanco y negro, conserva el particular decir de niña traviesa e inocente, habrá de sonar diferente si la vemos aggiornada con falda azul y blusa rosa, zapatos marrones, zoquetes blancos. En este caso, la voz de Periquita se tornará dinámica y ella se convertirá en una nenita terrible de voz luminosa y estridente, dispuesta a diabluras de arco iris. 
      Diferente, la sensual Betty Boo, parece tener destinada -en color o blanco y negro-, una vocecita curvilínea y armoniosa con su figura pequeña y frágil, propensa a alaridos menudos y melosos al escapar de viñeta en viñeta.
       Evocar la imagen de Ramona, mucama de pelo oscuro y rodete alto, que despertó simpatía con su aire casi impertinente, el razonamiento directo y simplista, ausente de malicia, será imaginar en ella una voz aldeana y asombrada sin pretensiones de moderna coloración.
    Esto determina que la exuberancia de colores modifica la voz del personaje, puede asegurarlo quien haya gozado de las aventuras de Tintinen el primer álbum (1930), voz que habrán de transformar posteriores ediciones coloreadas.
   Otro escenario que influencia sobre las voces son los espacios que las contienen, es decir la atmósfera donde se establecen los sucesos. Si es una selva, la voz de Tarzán sonará estentórea, salvaje, abierta, mientras que si es la oficina vidriada de Clark Kent, imaginaremos su voz confiable y ceremoniosa, ligeramente parca, distante de aquella que suponemos en Superman, arrojada y cósmica.
      A este punto, hay que dividir las preferencias: los hombres tienen voces en sus cabezas diferentes a las otorgadas por las mujeres, es claro el ejemplo de Pampita, personaje femenino que atraía al colectivo viril del momento en la popular tira del Loco Chavez.
    Habremos de coincidir que esa tonadita dulce y naif jamás saldría por la boca de La Chacha, incansable hacedora de empanadas y mujer áspera y buenaza que barría a escobillazos las travesuras de Isidorito. Imposible, ni siquiera imaginando a La Chacha en osado traje de baño o con flequillo carré. Esta referencia cambia respecto a las chicas Divito, empinadas en tacos aguja y poseedoras de curvas imposibles, para las que hombres y mujeres destinaron vocecitas zalameras, excitantes y descaradas.
    Otro punto que acciona sobre las voces es la familiaridad que nos despierta el personaje. Pensemos en la entrañable Mafalda. Ella, como su hermano Guille y sus amiguitos son propietarios de la voz de nuestros chicos, hijos de la clase media latinoamericana, vecinos de nuestro propio barrio. Salvo Manolito, al que todos le adjudicamos voz de niño con un “prontogalaico” influenciados por su parecido con el padre, o Libertad que explayaba la voz para que tomase altura su mínima presencia en medio de nefastas dictaduras, el resto de la barrita goza de voces vibrantes, la risa fácil y el particular código que pertenece a nuestros chicos cuando salen del colegio o juegan en las plazas. Si referimos a la fascinación por ese género en la infancia y adolescencia, es primordial mencionar el artículo , del escritor y dramaturgo Germán Cáceres, donde su autor reflexiona sobre la presencia activa que alcanza la historieta en el aula escolar, “auxilio para maestros y profesores, disparador de la cultura y catalizador de la fantasía infantil”.
     Esos recursos didácticos en libros y manuales sobre hechos reales o de ficción, relatados en viñetas incluso en materias científicas, potencian voces influenciadas por modismos de informática e Internet, por lo tanto, nuevas licencias y atributos destinados a acoplarles acentos a personalidades tan disímiles como Sócrates, Marco Polo o el general San Martín.
      El siguiente tópico a considerar es el acierto lingüístico, esto significa que el personaje se expresa de manera creíble para sostener la voz que le imaginamos. Un ejemplo son los personajes del rosarino Fontanarrosa, los cuales no pueden pensarse en otro registro que no sea el rioplatense; de igual carácter las creaciones del uruguayo Tabaré. Estos guionistas y dibujantes, como otros colegas nacionales o extranjeros, han completado el costado humano de sus héroes y antihéroes al incorporarles mascotas en hazañas o vicisitudes y, para muchos chicos, esas mascotas fueron las primeras o las únicas con las que compartieron infancia y aventuras. Cabe mencionar algunas que acompañan a los personajes: Pluto, Snoopy, Dino, Idéfix, Patán, Sabiondo, Pichichus y Súper Pichichus –según la circunstancia–, Pampero, Mendieta, Diógenes, Fellini, Burocracia, la tortuga de Mafalda, Catalina la botella-perra y el tortugo Rodríguez de Matías, y tantos a los que les pusimos también acento, aunque varios de ellos solamente manifestaran silenciosas reflexiones acompañando a sus dueños. Aclaro que refiero a las mascotas cumplimentando ese rol puntual, no a los animalitos que han sido creados para protagonizar las tiras.
     Por último, señalemos que la imaginación posibilita armonizar la voz al personaje, por lo que adaptamos características del original a épocas actuales. Afortunadamente, esa licencia hace que las voces avancen en modismos pero no pierdan el atributo de perenne juventud, por el contrario su recuerdo recicla y rejuvenece, traslada al tiempo en que las revistas de historietas eran atesoradas porque héroes y heroínas pertenecían por completo al universo de los propios sueños. Éramos ellos mismos, quizá hasta su voz era la nuestra propia. La misma voz que aún llega para asombrarnos desde el lugar más tierno de la nostalgia.







Marita Rodriguez-Cazaux: Nació en Buenos Aires.
Formada en Letras y Psicopedagogía, es escritora y poeta en lengua castellana y gallega. Conferencista y Jurado de certámenes literarios, ensayista, prologuista, antóloga, correctora, su obra se encuentra en antologías nacionales e internacionales. Primeros Premios: Mesa Redonda Panamericana en la OEA (2024/2005), Fundación Travesía, FEDESPA, Escritores Latinoamericanos (La Habana), Cuentos selectos (Mérida, España), Rotary Argentina-Italia, Creadores Argentinos. 
Obra
Ensayos: “Los niños y las niñas de la emigración gallega”, “Cartas de éxodos y lejanías”, “Las voces de los niños emigrantes”. Narrativa: “De amores y desamores”-2010, “Del glamour a la ciénaga”-2013, “Las amantes son rubias”-2015. “Exiliados” -2014, novela de edición agotada. Poética: “Pasos desnudos”, “Luz Raída”, “Pulso sensual, “Poesía Congregada” -2014. 
Dirige el taller literario de escritura creativa “Andamios en tinta” y coordina el Grupo Umbral Literario San Telmo en el Bar Notable La Poesía, C.A.B.A. 
Inauguró en 2012 el proyecto ROI de Editorial Dunken y dicta desde el 2015 las clínicas de cuento, poesía, relato y creatividad literaria en la misma editorial. 
maritarodriguez1978@yahoo.com.ar







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